martes, 11 de octubre de 2016

NUESTRA DESINDUSTRIALIZACIÓN PREMATURA

Nuestra desindustrialización prematura

Por: Fernando Cárdenas E.
La revolución industrial y la industrialización de las economías fueron las que facilitaron el desarrollo de los países Europeos y de los Estados Unidos. Fue también la industrialización la que propulsó el crecimiento de los países asiáticos. Sin embargo nuestros países latinoamericanos parecen no haberle apostado a ese mismo modelo para su desarrollo.

En vista de mis inquietudes acerca de este tema, el profesor de desarrollo económico de EAFIT Thomas Ghoda me recomendó leer un interesante artículo escrito en el 2015 por Dani Rodrik, profesor del Kennedy School of Government de Harvard. Este artículo muestra la tendencia resiente y significativa de desindustrialización prematura de nuestras economías. Según explica Rodrik, los países en  desarrollo como Colombia y otros latinoamericanos se están quedando sin oportunidades industriales y esto está sucediendo mucho más rápido de lo que se ha visto en países hoy desarrollados cuando recorrieron sus sendas de crecimiento. Qué implicaciones puede tener esto para nuestras economías? Qué deberíamos haber hecho o podemos hacer para evitar esta desindustrialización prematura?  

La investigación de Rodrik, muestra como los países en desarrollo han venido reduciendo la participación de valor agregado industrial dentro de su PIB desde los 80s.  Es normal que cuando las economías desarrolladas alcanzan un nivel alto de ingresos per capita, la participación dentro del PIB de los productos manufacturados decline y la de servicios aumente. Sin embargo, en los países en desarrollo, este fenómeno de desindustrialización se está presentando en forma prematura, a unos niveles aun bajos de ingreso per capita y sin haber desarrollado aun una estructura de industrialización importante.

No se conocen experiencias de países que hayan logrado aumentar en forma considerable sus ingresos per capita sin haber pasado primero por un proceso relevante de industrialización. Es este proceso de industrialización el que ha ayudado a Gran Bretaña, Estados Unidos y Alemania ha desarrollar sus economías y a aumentar sus ingresos. Mas recientemente  los casos de Japón y luego Taiwan, Korea del Sur y Singapur muestran exactamente el mismo efecto de la industrialización en el desarrollo y crecimiento de sus economías.

La desindustrialización en los países desarrollados se debe al aumento de la productividad y al desarrollo tecnológico que causan un desplazamiento de los puestos de trabajo en la industria, disminuyendo el porcentaje de empleo en este sector pero no su participación el el PIB. Éste no parece ser el fenómeno que está ocurriendo en los países en desarrollo en donde tanto el empleo como la participación de la industria en el PIB, caen. Como la mayoría de los países en desarrollo tienen mercados internos pequeños, gran parte del desarrollo de sus industrias depende entonces del acceso a los mercados internacionales y de algún tipo de política industrial por parte de sus gobiernos, que las impulse.

Los resultados del estudio de Rodrik muestran diferencias inquietantes en los modelos de desarrollo y en los procesos de desindustrialización entre los diferentes grupos de países. En los países desarrollados la desindustrialización ha disminuido la participación del empleo industrial dentro del empleo total, pero no ha afectado en forma importante la participación del valor agregado industrial como porcentaje del PIB. En los países Asiáticos,  la mano de obra y el producto de manufactura han aumentado en los últimos tiempos como proporción del empleo total y del PIB.  Este grupo de países ha sido capaz de aprovechar las ventajas de la industrialización para mejorar su ingreso y acelerar su crecimiento. Pero como lo muestra Rodrik con cifras, la región en la que la desindustrialización anticipada ha tenido el más funesto impacto, es Latinoamérica, con la peor reducción en empleo y en valor agregado industrial dentro de sus economías.   

Es posible concluir que los países que han tenido políticas activas de industrialización, que han abierto mercados y han construido y aprovechado ventajas comparativas en manufactura (aumentos en productividad o progreso tecnológico) han logrado evitar reducciones en la participación industrial dentro del PIB. Esta participación de la manufactura ha demostrado tener un importante impacto sobre la productividad de los países y consecuentemente sobre su crecimiento. La desindustrialización prematura de los países latinoamericanos afecta las fuentes potenciales de crecimiento, incrementa la informalidad y aumenta la dependencia de los variables commodities.

Lo expuesto por Rodrik nos debería poner a reflexionar seriamente sobre nuestro modelo de desarrollo. Es claro que los países latino americanos no se van a desarrollar a partir de los commodities,  ni estamos en los niveles de ingresos y de industrialización para que nuestro desarrollo se base en servicios. Tenemos que aprender de la historia y de las experiencias de los países exitosos. Los hoy desarrollados países Europeos, Estados Unidos y los más recientes casos asiáticos nos demuestran que tenemos que volver al camino de la industrialización.

En mi opinión, estudiando el desarrollo de estos países y con lo aprendido en la clase de desarrollo económico: ¿Qué deberíamos haber hecho, no hicimos y es posible que aun hagamos?

Deberíamos haber aprovechado y aun podemos hacerlo cuando se vuelvan a presentar, los booms de commodities, como las bonanzas cafeteras y más recientemente minero-energéticas, para invertir en infraestructura, bienes de capital industriales y educación. Esta última enfocada especialmente en temas de ingeniería y tecnología. Dirigir el gasto público, incluyendo el militar, al desarrollo de la industria local. Mantener políticas macroeconómicas e instituciones estables que faciliten la inversión y el crecimiento. Crear una entidad autónoma especializada en política industrial, independiente de los grupos políticos y de los empresarios amigos del status quo, que diseñe e implemente políticas de apoyo a la industria con incentivos ligados a metas de productividad.


 Por ultimo pero no menos importante, deberíamos ser realistas, aprender de las experiencias exitosas, no pretender cosas imposibles, ni saltarnos etapas que han demostrado ser esenciales para el crecimiento. Dedicar pacientemente, paso a paso, los esfuerzos para construir las competencias y reputación necesarias, y poder así convertirnos en un país desarrollado por medio de la industrialización.

1 comentario:

  1. Fernando. Como siempre, muy acertadas tus ideas. Gracias por compartirlas con nosotros.

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