viernes, 19 de septiembre de 2014

KEYNES, PORTER Y LOS "CLUSTERS"

Keynes, Porter y los “clusters”

Por: Fernando Cárdenas E.
Una persona me hizo un interesante comentario en relación con el blog anterior sobre Keynes y sus posible opiniones acerca de los gobierno en Latinoamérica.  Este amigo se pregunta que opinaría Keynes de los “clusters” y del papel que cumplen los gobiernos para apoyarlos y desarrollarlos.

Los “clusters” de industria, obedecen a un concepto desarrollado en la década de los 90s, definido por Michael Porter como: “Las concentraciones de empresas e instituciones interconectadas en un campo particular, para competir”.

Los “clusters” han demostrado ser útiles para construir redes de relaciones entre compañías e instituciones. Los gobiernos han diseñado estrategias alrededor de ellos con la intención de aprovechar estas relaciones y las capacidades existentes para favorecer el desarrollo y el crecimiento económico de las regiones. En general, las políticas de desarrollo alrededor de los “clusters”, se centran en aprovechar sinergias que provienen de la interdependencia geográfica y económica de los diferentes actores de la economía regional. 

De acuerdo con Edward J Feser de la Universidad de Carolina del Norte, hay dos tipos de políticas de desarrollo de “clusters”: 1. Estrategias específicas, en donde el objetivo es propiciar el nacimiento y desarrollo de un “cluster” especifico mediante políticas direccionadas a la demanda y a la oferta de los sectores seleccionados y 2. Estrategias informadas, en donde el concepto de los “clusters” se utiliza para entender mejor los impactos que podrían tener las diferentes iniciativas y políticas de desarrollo.  

Volviendo a nuestra inquietud, si pudiéramos sentar en una mesa a Keynes, con su teoría económica de la demanda y a Porter, el principal defensor de los “clusters” como instrumentos de competitividad, que sucedería?

Me atrevería a decir que ambos podrían coincidir en las ventajas de las estrategias informadas. También, en la importancia de los gobiernos para crear las condiciones macroeconómicas  adecuadas para el desarrollo de las industrias. Probablemente coincidirían en el papel que pueden jugar los gobiernos para generar condiciones de demanda que promuevan el desarrollo de las diferentes industrias.

Pero, Keynes probablemente estaría en desacuerdo con las políticas destinadas a afectar la oferta. Es decir, con todas aquellas en las que se seleccionan industrias o se intentan afectar los elementos de la cadena de valor de sectores específicos.   

Porter sugiere, que los gobiernos deben actuar en forma decidida para remover los obstáculos al crecimiento y al mejoramiento de los “clusters” existentes y emergentes. Es ahí, en donde podría haber diferencias. Keynes probablemente aceptaría la intervención para remover obstáculos generales para el desarrollo de todas las industrias, especialmente sí se tratará de resolver barreras de conocimiento.  Sin embargo, estaría probablemente en desacuerdo con la intervención en aquellos aspectos que Porter menciona como específicos de los “clusters”. Influir en el desarrollo de proveedores, conocimientos y áreas especializadas, sería para Keynes jugar a influenciar la oferta tratando de definir cuales sectores deberían ser intervenidos.

De todas maneras es importante hacer énfasis en lo que Porter llama industrias intensivas en conocimiento. Término que a mi juicio ha sido mal interpretado por los gobiernos en nuestros países. El mismo Porter dice: “Todas las industrias pueden emplear la alta tecnología y todas las industrias pueden ser intensivas en conocimiento”, de hecho Porter sugiere que es mejor utilizar el término “tecnologías habilitadoras”. Estas tecnologías finalmente terminan siendo conocimiento que permite desarrollar la competitividad en múltiples industrias.

Sí entendemos entonces el papel de los gobiernos para eliminar obstáculos en el desarrollo de los “clusters” cómo el de facilitador y propiciador del conocimiento y de las “tecnologías habilitadoras” creo que podríamos convencer a Keynes de apoyar estas intervenciones. Si por el contrario, interpretamos el papel de los gobiernos como el de entes todo-poderosos que seleccionan industrias emergentes y existentes y destinan sus políticas de intervención a apoyarlas, creo que tendríamos en Keynes un fuerte crítico.

Nadie discute la importancia de la especialización y de la interacción entre los diferentes agentes económicos para el desarrollo y la competitividad. La pregunta está en quien debe ser el que defina las industrias y los “clusters”: Los gobiernos o los mercados?

Cada lector podrá hacer el análisis sobre sus gobiernos locales, regionales y nacionales y sacar sus propias conclusiones. El tiempo será el encargado de mostrarnos si Porter o Keynes están en lo cierto.



domingo, 7 de septiembre de 2014

SI KEYNES VIVIERA Y FUERA LATINOAMERICANO

Si Keynes viviera y fuera Latino Americano

Por: Fernando Cárdenas E.
El economista británico John Maynard Keynes, es considerado como uno de los más influyentes de los últimos tiempos. Sus conceptos aunque controversiales, han tenido enorme repercusión en la forma en que los gobiernos definen sus políticas económicas y de desarrollo.  

Que interesante sería si Keynes viviera en esta época y además fuera Latino Americano. Qué diría un Keynes mexicano, colombiano o brasilero de todo lo que pasa en nuestros países? Ni hablar de uno venezolano o argentino.

Las teorías económicas modernas no han sido buenas para predecir y menos para evitar muchos de los problemas que agobian hoy a nuestros países. Será que un Keynes latino americano hubiese podido mejorar esta situación?

Imaginemos que pudiéramos entrevistar a este enigmático economista tomando un café en Juan Valdez en Medellín o inclusive en un Starbucks en ciudad de México. Qué diría de nuestras políticas de desarrollo? Qué opinaría de la labor que hacen nuestros gobiernos para promoverlo?

En este artículo voy a tomarme el arriesgado atrevimiento de intentar imaginar esta conversación.

Durante los últimos veinte años, la teoría económica ha sido dominada por el concepto clásico de que los mercados se ajustan por si solos para mantener el pleno empleo. Keynes por el contrario, creía en la necesidad de que los gobiernos intervinieran los mercados en situaciones de crisis (desviaciones sustanciales del pleno empleo) y sus teorías explicarían mejor hoy, los colapsos de las economías y las dificultades en su desarrollo.

Antes de intentar entender la posición que tendría Keynes si viviera hoy y fuese uno de los nuestros, vale la pena definir los dos ejes centrales que diferencian las posturas económicas clásica y keynesiana. 

Los clásicos describen la economía como un sistema que se auto-controla hasta alcanzar el equilibrio, mientras Keynes opina que los gobiernos deben intervenir los mercados para ayudar en el corto plazo a alcanzar el pleno empleo.

Los economistas clásicos asumen que los riesgos se pueden medir y calcular mediante probabilidades, mientras que Keynes entiende parte de la realidad de los mercados como una incertidumbre no calculable.

Qué interesante sería entonces, conocer que opinaría Keynes, sobre las actuaciones de los gobiernos en relación con lo que sucede hoy en nuestros países.
Lo primero que yo le preguntaría sería cuales consideraría son las prioridades de nuestros gobiernos según sus teorías?

Keynes, imagino yo, nos diría tomando un sorbo de su café, que los gobiernos en nuestros países deberían concentrarse en dos prioridades: 1. Reducir la incertidumbre mediante políticas claras, objetivas e independientes y 2. Manejar adecuadamente la demanda para evitar fluctuaciones indeseadas en el empleo.

Cómo deberían entonces intervenir los gobiernos en nuestros países?

Probablemente nos contestaría que cuando se trate de reducir incertidumbre, los gobiernos deberían intervenir para fortalecer las instituciones, controlar la legalidad, garantizar la difusión adecuada de la información y asegurar la igualdad de condiciones en las reglas del juego para todos los agentes del mercado.

También deberían intervenir para mejorar la educación y así facilitar el desarrollo de actividades competitivas que el mercado mismo se encargaría de ofrecer.

Para facilitar las condiciones de la sociedad que persigan el bienestar y la independencia ideológica.

Para incentivar la demanda de bienes y servicios domésticos por parte de las entidades públicas y las fuerzas militares, con el fin de desarrollar la oferta innovadora de empresarios y emprendedores.

Para generar demanda mediante inversión en infraestructura y así mantener el empleo en los momentos en que se requiera. Nada que ver con la oferta. Los gobiernos no deberían escoger sectores, ni subsidiar industrias, no deberían ceder a presiones de gremios, ni a paros y mucho menos nacionalizar empresas. La única intervención en la oferta debería ser para mantener la libre competencia y evitar los poderes dominantes y los monopolios.

Creo que Keynes no dudaría en decir que nuestros gobernantes deberían tener claro que el propósito de la actividad económica es llevar a los países a que sus personas tengan una mejor vida. Esto no significa que el mundo debería ser socialista. Significa que las intervenciones del gobierno deberían apuntar a hacer que las personas vivieran mejor. No es necesario que las personas tengan mayor cantidad de bienes, sino mejor calidad de vida.

Por eso deberían invertir más en arte, cultura, arquitectura, deportes, parques y espacios públicos, y en otras actividades de recreación y esparcimiento. Keynes nos diría que el amor por el dinero, no como medio sino como fin, podría ser uno de los peores problemas de nuestras sociedades. Él probablemente pensaría, que este amor por el dinero como fin es la causa de los altos niveles de corrupción en nuestras sociedades y de las incansables, inescrupulosas y muchas veces violentas luchas por el poder.

Otro tema que posiblemente desvelaría a Keynes, es el de la justicia. Nos diría que los gobiernos deberían actuar en forma imparcial para garantizar la ecuanimidad. Las normas no deberían favorecer a ningún grupo económico o político. Deberían velar por lo que él denominó la noción del precio justo formado en el mercado. Para esto es fundamental que los gobiernos ejerzan a plenitud su responsabilidad de mantener la libre competencia, evitando las concentraciones de poder en los mercados de bienes y servicios e incluso en el mercado laboral.  Él insistiría en que la libre competencia garantizaría que los beneficios fuesen  proporcionales al mérito y a la contribución que las personas hacen a la sociedad.

A qué se debe nuestro escaso desarrollo histórico?

Me imagino que diría, que precisamente nuestro escaso desarrollo se debe a que en nuestros países los intereses de muchos políticos y agentes económicos han prevalecido, haciendo que las políticas no generen las condiciones para que los beneficios sean proporcionales a los méritos. Diría que la corrupción y la captura del poder político por vías del poder económico han afectado los precios justos y por ende el desarrollo.

Qué implicaciones tienen todos estos temas sobre el emprendimiento y la innovación?

Keynes probablemente apuntaría: El emprendimiento y la innovación dependen de la demanda, de la libertad en el desarrollo de la oferta y de la competencia. La equidad en las reglas genera las condiciones y los incentivos para emprender. La creación y el crecimiento de las empresas impulsa el desarrollo económico; y éste como medio y no como resultado, nos acerca cada día más al bienestar que todos queremos.