viernes, 10 de junio de 2022

Corrupción y la Productividad de las Empresas

Corrupción y la Productividad de las Empresas 

Por: Fernando Cárdenas E.

Combatir la corrupción es la principal bandera hoy en día de las campañas políticas en Colombia y en general un tema prioritario en todos los países latinoamericanos. Todos conocemos el efecto fiscal que la corrupción causa en las finanzas públicas, pero poco se habla del efecto que tiene sobre la productividad de las empresas privadas. En estos días me encontré una investigación reciente de Mohammad Amin y Hulya Ulku del Banco Mundial precisamente sobre este tema. A continuación, resumo los principales hallazgos y comento sus conclusiones. 

Efectos de la corrupción sobre la productividad de las empresas

La teoría económica indica que hay varios canales a través de los cuales la corrupción puede afectar la productividad de las empresas privadas. Algunos autores afirman que la corrupción puede afectar la productividad haciendo que el talento, la inversión y la tecnología se dirijan a actividades que son rentables por la corrupción en lugar de aquellas que son rentables debido a su productividad. Por otra parte, la necesidad de mantener en secreto ciertas actividades producto de la corrupción hace que por ejemplo los gobiernos terminen dándole más valor a los proyectos por su opacidad que por el beneficio que puedan tener para la sociedad. Lo que causa distorsión en la asignación de recursos. La corrupción también retarda el crecimiento económico al reducir la capacidad de inversión y gasto del estado y al afectar la calidad de los servicios que se prestan.   

Efectos de la regulación sobre la productividad de las empresas

Las teorías sobre el efecto de la regulación en la productividad son menos claras. Unos autores argumentan que la regulación es necesaria para corregir fallas del mercado. Por otro lado, otros autores dicen que los reguladores no son idóneos, que pueden ser corruptos y que pueden tomar decisiones en beneficio de grupos de interés particulares y que por lo tanto es poco probable que la regulación corrija adecuadamente las fallas de mercado.

La combinación de la regulación y la corrupción sobre la productividad de las empresas

Según los autores de la investigación, las teorías recientes encuentran una relación entre la regulación y la corrupción. En esta relación basan su hipótesis de que la corrupción se atrinchera cuando los niveles de regulación son mayores y por lo tanto se vuelve más perjudicial para la productividad. 


Amin y Ulku analizan cerca de 40 mil empresas en 111 países entre los años 2009 y 2017 con base en encuestas realizadas por el Banco Mundial y encuentran que hay una relación negativa entre la corrupción y la productividad y que efectivamente la corrupción es más dañina para la productividad en los países en los que hay un mayor nivel de regulación. De hecho, los datos muestran que en los países donde el nivel de regulación es muy bajo, la relación entre la corrupción y la productividad de las empresas parece no ser significativa. La corrupción y la regulación excesiva parecen reforzarse. 

CONCLUSIONES  

Es claro que la corrupción trae consecuencias dañinas para las economías. El efecto más conocido y entendido es el de su impacto en las finanzas públicas y por lo tanto en las iniciativas sociales de los gobiernos. Sin embargo, además de ese efecto, la corrupción afecta la productividad de las empresas haciendo que los recursos financieros y humanos se vayan hacia proyectos y empresas menos productivas. La corrupción también hace menos transparentes los procesos de decisión lo que causa que se prioricen aquellas actividades con menor información o más opacas. Pero al contrario de lo que mucha gente piensa, los efectos de la corrupción no se arreglan con mayor regulación. Por el contrario, los datos muestran qué la mayor regulación amplifica el efecto negativo de la corrupción sobre la productividad empresarial. En conclusión, acabar con la corrupción puede tener efectos muy importantes a nivel de las políticas públicas y de la productividad empresarial, pero el camino para esto no es aumentando la regulación sino por el contrario, disminuyéndola, mejorando la educación de nuestra gente y eligiendo cuidadosamente a nuestros dirigentes públicos.