¿Será
posible predecir la calidad de los emprendimientos?
Por:
Fernando Cárdenas E.
Una
de las grandes dificultades en los ecosistemas de emprendimiento es la medición
de la calidad de las diferentes empresas. Inclusive los mas exitosos
inversionistas de capital de riesgo admiten haber dejado pasar interesantes oportunidades
de inversión cuando les fueron presentadas. Determinar en el momento adecuado
si un emprendimiento tiene potencial o no de ser exitoso ha sido y seguirá
siendo tema de gran interés para gobiernos, emprendedores e inversionistas.
Será posible determinar con información fácilmente observable si un
emprendimiento tiene potencial de crecimiento? O por el contrario es imposible ver rasgos de
las empresas que ayuden a predecir su futuro?
Jorge Guzman y Scott Stern del MIT realizaron
un interesante estudio para tratar de anticipar con información fácilmente
observable, la calidad de los emprendimientos y sus probabilidades de
crecimiento.
Estos
investigadores tomaron información de los formularios de registro de creación
de nuevas empresas e información publica de los años posteriores a su creación
y lograron determinar las características asociadas a la calidad del
emprendimiento con base en esta información. La variable utilizada para definir
el éxito de los emprendimientos en el tiempo es la condición de salida. Es
decir, se consideran exitosos aquellos emprendimientos que fueron adquiridos a múltiplos
de valor rentables o que hicieron ofertas publicas iniciales, hasta seis años
después de su creación.
Después
de analizar información de registro de empresas en el estado de Massachusetts
correspondiente a un periodo de 35 años y de realizar un estudio econométrico
para determinar las características de las empresas que están relacionadas con
el crecimiento exitoso (como se definió en el párrafo anterior), los autores
concluyen lo siguiente:
Las
variables que muestran una relación positiva y estadísticamente representativa
con el crecimiento son: 1. El tipo de sociedad, 2. El nombre de la empresa, 3. La
jurisdicción, 4. La condición emprendedora de los fundadores, y las variables
observables posterior al registro, 5. Patentes, 6. Registro de marcas y 7.
Presencia en medios.
El
estudio muestra que las compañías creadas bajo la figura jurídica de
corporaciones (equivalente a las sociedades anónimas en nuestros países) están
asociadas con una posibilidad 5 veces mayor de ser exitosas. Determinadas
jurisdicciones muestran un incremento en la probabilidad de crecimiento exitoso
de hasta más de 40 veces. Las empresas
con nombres cortos incrementan la probabilidad 4X. Aquellas con los nombres de
sus familias o fundadores la reducen en un 95% y aquellas nombres que tienen
una connotación tecnológica o internacional también muestran un aumento
sustancial en la probabilidad de éxito. Lo mismo sucede con la empresas que
registran sus marcas y que obtienen patentes en los primeros años posteriores a
su creación. El ser mencionados en los medios en esos primeros años, incrementa
en 5X su probabilidad de crecimiento.
Es
importante aclarar, que si bien estas características de las empresas están
asociadas al crecimiento, no se trata de una relación de causalidad, es
simplemente una señal de las características que definen una probable calidad
de los emprendimientos. En otras palabras esto quiere decir que no por crear
una compañía en determinada jurisdicción o con determinado nombre se garantiza su
crecimiento. Lo que este estudio muestra es que estas características son una
señal de otras condiciones no observables de los emprendimientos que probablemente
sí sean causales de su crecimiento.
POR
QUÉ ES IMPORTANTE MEDIR LA CALIDAD DEL EMPRENDIMIENTO?
En
los ecosistemas de emprendimiento hay gran heterogeneidad en la calidad de las
empresas y solamente una pequeña fracción de estas tiene impacto positivo en el
desarrollo y el crecimiento de la región. Las iniciativas de política publica
que apoyan el emprendimiento sin tener en cuenta la calidad puede tener efectos
negativos. En especial, Antoinette
Schoar, profesora de financiación del emprendimiento de MIT, muestra como la
probabilidad de que los emprendimientos de subsistencia se conviertan en emprendimientos
de alto impacto es extremadamente baja. Por lo tanto los gobiernos deben
entender estas diferencias y crear programas distintos para cada uno de estos
tipos de emprendedores. Si no se entienden claramente estas diferencias, muchas
de las políticas públicas de intervención pueden resultar infructuosas e
inclusive perjudiciales.
Por
otra parte, la medición del éxito de la mayoría de las políticas publicas se
enfoca en la cantidad de emprendimientos intervenidos y no en la calidad de los
mismos. Inclusive estudios tan
prestigiosos como el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) basan sus
conclusiones en encuestas. Estos enfoques no relacionan directamente la
heterogeneidad de los emprendimientos con el proceso de crecimiento económico.
Contar con una metodología que permita calcular la calidad de los
emprendimientos y medir cómo evoluciona ésta en el tiempo, puede ser fundamental
para orientar las políticas públicas, optimizar los recursos y monitorear la
evolución de los ecosistemas. Esta es
una invitación entonces, a que las cámaras de comercio y otras entidades que llevan
registro de la información de los emprendimientos, complementen sus bases de
datos y realicen estudios similares al de Stern y Guzman, adecuándolos a
nuestra realidad para que nos permitan hacer seguimiento a la evolución de nuestros
emprendimientos y tomar las medidas necesarias para mejorar su calidad.