jueves, 27 de febrero de 2014

LA IMPORTANCIA DE LA CREACIÓN DESTRUCTIVA

La importancia de la creación destructiva para nuestras economías y empresas

Por: Fernando Cárdenas E.
A pesar de ser uno de los conceptos económicos mas antiguos y la esencia del emprendimiento y de la innovación, “La creación destructiva” sigue siendo ajena a las prioridades de los creadores de política en nuestros mercados y a las agendas estratégicas de quienes dirigen nuestras organizaciones.   

La respuesta a la pregunta de por qué algunas compañías explotan oportunidades que otros ignoran o que simplemente no pueden aprovechar para construir posiciones competitivas, nos lleva inexorablemente a estudiar la esencia del emprendimiento. Según el economista austriaco Joseph Schumpeter, el emprendimiento es la habilidad de actuar para aprovechar las oportunidades generadas por la innovación y por los nuevos descubrimientos.

Schumpeter afirma que la innovación hace que los mercados evolucionen siguiendo un patrón característico en el cual las empresas pasan por periodos relativamente tranquilos cuando han desarrollado productos, servicios, tecnologías o capacidades organizacionales superiores, que les permiten obtener retornos positivos. Estos periodos de tranquilidad se ven abruptamente afectados por “discontinuidades” que destruyen las fuentes existentes de ventaja competitiva y las remplazan por nuevas. Los emprendedores que sepan explotar las oportunidades que estas “discontinuidades” presentan, serán los llamados a lograr extraer retornos económicos durante el siguiente periodo de tranquilidad. Este proceso evolucionario es lo que Schumpeter llama “La creación destructiva”.

En otras palabras, la creación destructiva es el proceso continuo de generación de cambios tecnológicos y en los modelos de negocio que hacen obsoletas las competencias que han hecho a las compañías exitosas. Este antiguo pero poderoso concepto descrito en 1942, desafortunadamente aun no es entendido, ni practicado, por la mayoría de las personas encargadas de las políticas publicas y de los direccionamientos estratégicos de los negocios.

Los encargados de las políticas publicas en muchos de nuestros países aun prefieren esquemas de protección a las industrias por encima del apoyo a los emprendimientos en industrias disruptivas, y los administradores de las compañías siguen direccionando sus estrategias hacia la protección de sus líneas y modelos de negocios actuales en lugar de premiar aquellas iniciativas que los vuelven obsoletos.  

Para ser exitosos en los procesos de creación destructiva los países deben evitar proteger las industrias que están perdiendo ventajas competitivas a causa de nuevas tecnologías y modelos de negocio disruptivos. Los dirigentes de las industrias deben concentrarse en desarrollar capacidades por medio de estrategias de emprendimiento corporativo para reinventar sus negocios antes de que estos sean causa de disrupción por parte de terceros.

Desafortunadamente en muchos de nuestros países eso no esta sucediendo. Los creadores de políticas publicas aun protegen con subsidios industrias que han debido perecer hace muchos años victimas de la creación destructiva. Los empresarios de industrias que pierden competitividad luchan por medio de paros, lobbying y otros elementos de presión para que sus industrias sean subsidiadas o protegidas en lugar de dedicar sus esfuerzos a la construcción de nuevas competencias y a la exploración de nuevas alternativas de negocio.

¿Que tal que el gobierno americano se hubiera empeñado en proteger a Kodak de la disrupción que causaba la fotografía digital? ¿Que hubiera pasado si las directivas de Block Buster hubiesen realizado un paro para que el gobierno subsidiara su ineficiente modelo de negocio ante la aparición de Netflix y hubiesen sido exitosos en su empeño? Probablemente nosotros como consumidores no podríamos disfrutar de las maravillas de la fotografía digital, ni tendríamos la posibilidad de relajarnos viendo una película sin tener que salir de la casa para alquilarla. Pero peor aun, muchos desarrollos tecnológicos e innovaciones de modelo de negocio no hubieran tenido posibilidades de desarrollarse y muchas empresas que los aprovechan, no existirían. 


Schumpeter desde hace ya casi un siglo concluía que las ventajas competitivas están siempre en proceso de convertirse en obsoletas a medida que cambian las tecnologías, los gustos de los consumidores y las condiciones del entorno. Por lo tanto las compañías deberían estar siempre preocupadas por buscar la forma de construir puentes entre las discontinuidades que genera la muy famosa y poco entendida “creación destructiva”.