martes, 9 de agosto de 2022

Las buenas prácticas de gestión y el desempeño de las PYMEs apalancadas

 Las buenas prácticas de gestión y el desempeño de las PYMEs apalancadas.  

 

Por: Fernando Cárdenas E. 

 

Los estudios sobre productividad han descubierto una relación entre las prácticas de gestión y la productividad de las empresas. Por casualidad me encontré un artículo de 2019 en una revista académica de planeación de la producción, que estudió la relación entre las buenas prácticas de gestión y el desempeño de las pequeñas y medianas empresas apalancadas financieramente. La investigación aprovecha las características y condiciones de las PYMEs apalancadas para analizar las razones que pueden afectar la adopción de estas buenas prácticas. A continuación, describo los hallazgos interesantes y algunas conclusiones que pueden aplicar a nuestro entorno.    

 

Los profesores Nisara, Kumarband y Prabhakar del Reino Unido aprovechan los datos de PYMEs que han sido sujetas a compras apalancadas, pues estas empresas sufren un proceso intensivo de reestructuración y por lo tanto se convierten en interesantes ejemplos para analizar los procesos de adopción de mejores prácticas de gestión.  

 

Con datos de 208 empresas europeas que han sido sujetas de compras apalancadas los autores encuentran que la adopción de buenas prácticas de gestión depende de la etapa en el desarrollo de las compañías. Estas prácticas evolucionan en forma diferente dependiendo de ciertas características de la empresa. En esta investigación y en general en los estudios sobre prácticas de gestión, se han definido las buenas prácticas en las categorías de operaciones, monitoreo, objetivos e incentivos.  

 

El estudio encuentra que las prácticas relacionadas con fijación de objetivos y monitoreo son particularmente importantes para los inversionistas inmediatamente se realiza la transacción de compra apalancada. Las prácticas de operaciones e incentivos se vuelven importantes, más adelante, durante la fase de expansión de las empresas, cuando esta expansión involucra productos o soluciones innovadoras.   

 

Por otra parte, la investigación muestra que la probabilidad de adoptar las prácticas de gestión depende también de la capacidad de la estructura administrativa de las empresas y de la existencia de inversionistas externos de capital o de deuda que no son parte del equipo de gestión. Estos inversionistas normalmente actúan a través de las juntas directivas y los mecanismos de gobierno corporativo. El tamaño de las empresas parece ser importante en la adopción de prácticas relacionadas con el monitoreo, pero no muestra relación con las prácticas que tienen que ver con la fijación de objetivos.   

 

El análisis de estas empresas apalancadas muestra también que las estrategias de negocio de las empresas están relacionadas con la adopción de prácticas de gestión. Las empresas con estrategias de liderazgo en costos tienden a adoptar prácticas de fijación de objetivos, mientras que las compañías con estrategias de diferenciación están asociadas con adopción de prácticas relacionadas con incentivos y operación.  

 

CONCLUSIONES Y APLICACIONES 

 

Los resultados de esta investigación se pueden resumir en tres conclusiones: 1. La adopción de buenas prácticas de gestión en las PYMEs debe ser entendida y propiciada en función del momento en el ciclo de desarrollo de las empresas. Primero deben adoptarse prácticas de objetivos y monitoreo para luego con estas bases y durante el crecimiento de la empresa poner en funcionamiento incentivos y modelos de gestión operacional. 2. La adopción de estas prácticas dependerá de tener una adecuada estructura directiva y algún tipo de mecanismo que cuestione y presione desde fuera de la administración su puesta en funcionamiento y sus resultados. Y finalmente 3. La adopción y la prioridad en el tipo de prácticas utilizadas dependen también de la estrategia de la empresa. En resumen, desde el punto de vista práctico, parecería ser que el primer paso para mejorar la productividad de las PYMEs es estructurar equipos de trabajo con capacidad de absorber las buenas prácticas de gestión. Una vez se tenga el equipo adecuado, las empresas deberían concentrarse en definir objetivos y crear mecanismos de coordinación y seguimiento a las actividades necesarias para cumplirlos. Parece ser importante incluir en estos mecanismos, esquemas de gobierno con participación de externos que apoyen la adopción de esas prácticas y el cumplimiento de esos objetivos. Una vez se acelere el proceso de crecimiento y principalmente cuando este crecimiento se basa en productos, servicios o modelos de negocio innovadores, las prácticas de incentivos y operación pueden ayudar a un crecimiento rentable y productivo.