Los incentivos para Innovar
Por:
Fernando Cárdenas E.
La
historia empresarial está llena de casos en los cuales las grandes compañías,
con recursos, conocimiento de los mercados, canales de distribución
establecidos y liderazgo en las industrias, han sido desplazadas hasta ser en
algunos casos llevadas a la quiebra, por pequeñas compañías. Cuando este tipo de cosas sucede, algunas personas
argumentan que las compañías pequeñas son más agiles, sus ejecutivos y
fundadores más visionarios y con mayor capacidad de asumir riesgos, mientras
que los que dirigen las grandes corporaciones son miopes, menos arriesgados y están
trabajando dentro de estructuras lentas y burocráticas. Será que ésta es la
explicación adecuada?
Sí
bien esta descripción coincide con muchas de las compañías que conocemos en
nuestros mercados, no necesariamente tiene la profundidad para explicar por
qué, las compañías grandes, dirigidas por profesionales racionales y
capacitados, sistemáticamente pierden las batallas competitivas en el campo de
la innovación disruptiva, contra los pequeños jugadores.
Una explicación
de este fenómeno puede ser que las compañías grandes tienen problemas de incentivos y están llenas de influencias inadecuadas. Estos problemas
incluyen lo que los economistas llaman el costo
de agencia. Este costo aparece cuando los directivos y los empleados de la
compañía tienen intereses diferentes a los de los accionistas. En el caso
particular de la innovación, los intereses de los ejecutivos y empleados pueden
no estar alineados con los de los accionistas en relación con las inversiones
en innovación. Los costos de influencia,
que Clay Christensen define como el dilema del capitalista, se presentan cuando
los ejecutivos influyen para priorizar proyectos cuyos retornos son de corto o
mediano plazo, que normalmente no son los más innovadores o disruptivos.
Otra
explicación de por qué las grande compañías no quieren innovar bajo ciertas
condiciones económicas, tiene que ver con dos efectos: El efecto de los costos hundidos o “sunk costs” y el
efecto de reposición.
Los costos hundidos surgen cuando una
compañía ha comprometido recursos importantes en una tecnología, producto o
modelo de negocio. Desde el punto de vista de la compañía que ya está
comprometida, las inversiones adicionales en esta misma dirección son menores a
las de innovar, pues los costos hundidos pertenecen al pasado y no deben ser
considerados a la hora de tomar decisiones de inversión. Mientras que en
contraste, para una compañía que entra al negocio y que no se ha comprometido
aun con una tecnología, producto o modelo de negocio, es lógico comparar las
inversiones necesarias para todas las alternativas disponibles y por lo tanto
no está sesgada para tomar decisiones en ninguna dirección.
El
efecto de reemplazo o reposición fue estudiado por el Nobel
de economía Kenneth Arrow hace más de 30 años. Arrow consideró la posibilidad
de innovar en mercados monopólicos o concentrados (condiciones muy comunes en
la mayoría de las industrias en nuestros países Latinoamericanos). Todo lo
demás igual, Arrow concluye que la compañía que está apenas entrando a una
industria monopólica tienen mayores incentivos para innovar y está dispuesta a
invertir más en innovación que la compañía que actualmente está en el mercado
aprovechando el monopolio. Esto se debe a que las ganancias adicionales de la
innovación son menores para la compañía que ya esta establecida en el mercado.
En
la práctica todos los efectos anteriores ocurren simultáneamente con otro efecto
que se conoce como el efecto de eficiencia.
Este efecto ocurre cuando la compañía que domina el mercado tiene más que perder
que lo que puede ganar la compañía que entra. En estos casos en donde la
amenaza de nuevas entradas es importante para las empresas existentes con poder
dominante, las llamadas a innovar son las empresas existentes y no los nuevos
jugadores.
La
gran pregunta es entonces, ¿Que tan inminente es en nuestros mercados la
entrada de nuevas compañías disruptivas? Mientras las condiciones y reglas de
juego sean adecuadas para promover la competencia agresiva, las nuevas empresas
tengan condiciones para que se puedan desarrollar y entren a participar en los
mercados, tanto los nuevos participantes como los existentes, tendrán incentivos
para innovar. Esto sin duda mejora la competitividad de los países y las
posibilidades de desarrollo económico.
La solución entonces está entonces
en promover el desarrollo de nuevas empresas innovadoras, garantizar reglas de
juego claras y equitativas y castigar sin piedad las prácticas dominantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario