Los monopolios que nos gustan
Por:
Fernando Cárdenas E.
El
concepto central de la estrategia competitiva de una compañía con ánimo de
lucro es el de como crear y capturar valor con objetivo de rentabilidad.
La
creación de valor es bastante intuitiva y en general la mayoría de las compañías
tratan de lograrla. La captura es más
interesante y retadora para las empresas. En términos prácticos, la creación de
valor es el equivalente al tamaño de la pizza que ordenamos para una reunión de
varias personas; y la captura de valor es en realidad que tan grande es la
tajada de la pizza que realmente logro yo comerme.
La
creación de valor es la diferencia entre la voluntad de pago que tienen los
clientes o consumidores y el costo económico de producir y comercializar el
producto o servicio. Mientras mayor sea esta diferencia, mayor es el valor
creado. El valor capturado por el
productor es la diferencia entre el precio que se cobra por los productos o
servicios y el costo de producir y comercializarlos. De la misma forma el valor
capturado por el cliente o consumidor es la diferencia entre su voluntad de
pago y el precio que realmente paga por los productos o servicios.
Los
valores capturados por el productor y por el comercializador dependen de la
estructura competitiva de los mercados.
En
un extremo tenemos la competencia perfecta, en donde no existe diferenciación,
hay múltiples oferentes y el precio está determinado por el mercado. En este
caso ninguno de los participantes logra capturar valor por encima de los costos
económicos que incluyen el costo del capital.
En
el otro lado del espectro competitivo están los monopolios. Como los monopolios
no tienen competencia, estos producen los volúmenes y definen el precio, que
maximizan sus utilidades y por lo tanto
la captura de valor.
Desde
el punto de vista de los consumidores y de la sociedad en general, la
competencia perfecta es deseable. Sin embargo, desde el punto de vista de las
empresas y de sus accionistas, los monopolios son la estructura ideal. Será
entonces que todos los monopolios son malos para la sociedad? Si no todos son
malos, cuales son entonces los buenos?
Los
monopolios o poderes dominantes creados de forma ilegal, como carteles o
las compañías que utilizan sus
influencias políticas y económicas para mantener su condición de poder de
mercado, y aquellas industrias que son favorecidas sin razón por los gobiernos;
son los que podríamos llamar monopolios
malos.
Los monopolios buenos son aquellas
compañías que son tan buenas en lo que hacen que no hay otras empresas que
logren ofrecer sustitutos cercanos a sus productos o servicios.
Podríamos
decir que los monopolios se merecen su mala reputación cuando se trata de
países en los que nada cambia. En general, en estos países los monopolios que
existen son los monopolios malos cuyo
papel es asegurarse de mantener el estatus quo para seguir disfrutando de su
captura de valor.
En
los países innovadores existen los monopolios
buenos, compañías creativas e innovadoras que se inventan nuevas categorías
y que dan a los clientes y consumidores alternativas y variedad.
La
conclusión para gobiernos, empresarios y emprendedores es clara. Para crear y
capturar valor en el largo plazo, al tiempo que se benefician los compradores,
es necesario promover y construir negocios diferenciados que no tengan
sustitutos cercanos. Es decir, para crear y capturar valor sin afectar el
beneficio general hay que tener monopolios pero de los buenos.
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