Capacidades
dinámicas: la estrategia para crecer en ambientes de innovación
Por:
Fernando Cárdenas E.
El centro
de la estrategia de crecimiento de una empresa está en definir como crear y capturar
valor. Es decir, en como las empresas construyen y sostienen una ventaja
competitiva. La teoría de las capacidades dinámicas analiza cuales son las
fuentes y los métodos para lograr este propósito en ambientes de rápido cambio
tecnológico. La ventaja competitiva de las organizaciones depende de sus
procesos distintivos, de sus activos tangibles e intangibles y de los caminos
que haya escogido para aprovecharlos.
¿
Como se construye esta ventaja
competitiva?
¿ De
que depende que ésta perdure y no sea fácilmente erosionada?
La
aproximación estratégica que todos hemos utilizado en las compañías maduras, en
ambientes de baja incertidumbre, se basa en el posicionamiento, después de
analizar las características de la industria. Sin embargo, en ambientes de
cambio tecnológico rápido y por lo tanto de alta incertidumbre, es necesario
complementar este enfoque con lo que varios autores llaman la teoría de las competencias
dinámicas. Esta aproximación es especialmente relevante cuando se trata de un
mundo en el que se compite con base en innovación, en el que las competencias
existentes sufren lo que Schumpeter llamó “la creación destructiva”. Es decir
en ambientes en los cuales la innovación hace que las competencias existentes
se tornen obsoletas.
A
través de la historia, diferentes enfoques han dominado la teoría estratégica.
El enfoque de los años 80 fue el de las
fuerzas competitivas, desarrollado por Michael Porter. Esta teoría se basa
en el concepto de la economía industrial y enfatiza las acciones que debe tomar
una compañía para posicionarse adecuadamente en una industria y defenderse de las
fuerzas competitivas que la caracterizan.
Un
segundo enfoque, el de los conflictos
estratégicos, nace de la teoría de juegos. Se basa en disuadir la entrada
de nuevos jugadores y en como debe ser la interacción con los competidores
existentes, a través de inversiones, precios, señales y el control de la
información.
Las dos teorías anteriores se centran en el
posicionamiento de las empresas y de sus productos. Hay otras teorías que a
diferencia de estas, se basan en la construcción de la ventaja competitiva a
través de la eficiencia y efectividad a nivel de la firma. Este enfoque viene
de la discusión antigua de las fortalezas y debilidades, del desarrollo de la
economía de las organizaciones y del estudio de los cambios tecnológicos y
organizacionales.
La
primera escuela estratégica de esta tendencia es la de la teoría de los recursos, que enfatiza los activos y las
capacidades individuales de cada empresa, como determinantes fundamentales de
su desempeño. Los recursos deben ser valiosos, raros, inimitables y no
sustituibles para servir de fuente de ventaja competitiva.
Otra
línea estratégica de la familia de las teorías basadas en la eficiencia y
efectividad de la firma, es la central de este artículo, el enfoque en las capacidades dinámicas. Este enfoque
hace énfasis en el desarrollo de habilidades gerenciales y en combinaciones
difíciles de imitar de habilidades organizacionales, funcionales y
tecnológicas.
LAS CAPACIDADES
DINAMICAS
Cuando se trata de de
ambientes de alta incertidumbre con rapidas tasas de cambio tecnologico, los
primeros tres enfoques estrategicos no son suficientes para mantener una
ventaja competitiva en el tiempo. Los ganadores en este tipo de ambientes han
sido compañías que han sabido reaccionar en forma rápida y flexible a los
cambios en el entorno de negocios, mediante la innovación de productos,
servicios o modelos de negocio, combinada con la capacidad gerencial de
coordinar y redireccionar en forma efectiva las competencias y recursos
externos e internos a la organización.
La dificultad en este enfoque
nace del hecho de que la organización debe tomar decisiones irreversibles
acerca de la trayectoria que va a tomar para desarrollar estas
competencias. Este camino va a definir
las oportunidades que se presentan para la organización en el futuro. La
construcción de la ventaja competitiva bajo este enfoque requiere entonces de
la explotación de las competencias actuales y del desarrollo de nuevas
competencias para responder a los cambios en el entorno, siguiendo la
trayactoria seleccionada. El foco debe ser definido no desde el punto de vista
de los productos o servicios, ni de los mercados, sino desde la perspectiva de
las competencias distintivas y de la trayectoria definida para las competencias
futuras.
CONCLUSIONES
Las
ventajas competitivas basadas en el posicionamiento son más fáciles de
erosionar y pueden perderse con los rápidos cambios en el entorno de negocios.
Las estrategias basadas en las fuerzas competitivas o en el conflicto
estratégico dependen de limitar la competencia y han sido usuales y exitosas en
los mercados en vía de desarrollo. Sin embargo, a medida que los entornos de
negocio se vuelven más dinámicos y que la competencia se centra en la
innovación, las estrategias basadas en los recursos y en las competencias
dinámicas son fundamentales para la construcción y captura de valor. La ventaja competitiva proviene en estos
casos de las rutinas de alto desempeño, de la innovación y gestión exitosa de
los recursos y de las competencias de la organización, y de la trayectoria
definida para su desarrollo.
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