Si
Keynes viviera y fuera Latino Americano
Por:
Fernando Cárdenas E.
El economista británico
John Maynard Keynes, es considerado como uno de los más influyentes de los
últimos tiempos. Sus conceptos aunque controversiales, han tenido enorme
repercusión en la forma en que los gobiernos definen sus políticas económicas y
de desarrollo.
Que interesante sería si Keynes viviera en esta época y además fuera
Latino Americano. Qué diría un Keynes mexicano, colombiano o brasilero de todo
lo que pasa en nuestros países? Ni hablar de uno venezolano o argentino.
Las teorías económicas modernas no han sido buenas para predecir y
menos para evitar muchos de los problemas que agobian hoy a nuestros países.
Será que un Keynes latino americano hubiese podido mejorar esta situación?
Imaginemos que pudiéramos entrevistar a este enigmático economista
tomando un café en Juan Valdez en Medellín o inclusive en un Starbucks en
ciudad de México. Qué diría de nuestras políticas de desarrollo? Qué opinaría
de la labor que hacen nuestros gobiernos para promoverlo?
En este artículo voy a tomarme el arriesgado atrevimiento de intentar
imaginar esta conversación.
Durante los últimos veinte años, la teoría económica ha sido dominada
por el concepto clásico de que los mercados se ajustan por si solos para
mantener el pleno empleo. Keynes por el contrario, creía en la necesidad de que
los gobiernos intervinieran los mercados en situaciones de crisis (desviaciones
sustanciales del pleno empleo) y sus teorías explicarían mejor hoy, los
colapsos de las economías y las dificultades en su desarrollo.
Antes de intentar entender la posición que tendría Keynes si viviera
hoy y fuese uno de los nuestros, vale la pena definir los dos ejes centrales
que diferencian las posturas económicas clásica y keynesiana.
Los clásicos describen la economía como un sistema que se
auto-controla hasta alcanzar el equilibrio, mientras Keynes opina que los
gobiernos deben intervenir los mercados para ayudar en el corto plazo a
alcanzar el pleno empleo.
Los economistas clásicos asumen que los riesgos se pueden medir y
calcular mediante probabilidades, mientras que Keynes entiende parte de la
realidad de los mercados como una incertidumbre
no calculable.
Qué interesante sería entonces, conocer que opinaría Keynes, sobre las
actuaciones de los gobiernos en relación con lo que sucede hoy en nuestros
países.
Lo primero que yo le preguntaría sería cuales consideraría son las
prioridades de nuestros gobiernos según sus teorías?
Keynes, imagino yo, nos diría tomando un sorbo de su café, que los
gobiernos en nuestros países deberían concentrarse en dos prioridades: 1.
Reducir la incertidumbre mediante políticas claras, objetivas e independientes
y 2. Manejar adecuadamente la demanda para evitar fluctuaciones indeseadas en
el empleo.
Cómo deberían entonces intervenir los gobiernos en nuestros países?
Probablemente nos contestaría que cuando se trate de reducir
incertidumbre, los gobiernos deberían intervenir para fortalecer las
instituciones, controlar la legalidad, garantizar la difusión adecuada de la
información y asegurar la igualdad de condiciones en las reglas del juego para
todos los agentes del mercado.
También deberían intervenir para mejorar la educación y así facilitar
el desarrollo de actividades competitivas que el mercado mismo se encargaría de
ofrecer.
Para facilitar las condiciones de la sociedad que persigan el
bienestar y la independencia ideológica.
Para incentivar la demanda de bienes y servicios domésticos por parte
de las entidades públicas y las fuerzas militares, con el fin de desarrollar la
oferta innovadora de empresarios y emprendedores.
Para generar demanda mediante inversión en infraestructura y así
mantener el empleo en los momentos en que se requiera. Nada que ver con la
oferta. Los gobiernos no deberían escoger sectores, ni subsidiar industrias, no
deberían ceder a presiones de gremios, ni a paros y mucho menos nacionalizar empresas.
La única intervención en la oferta debería ser para mantener la libre
competencia y evitar los poderes dominantes y los monopolios.
Creo que Keynes no dudaría en decir que nuestros gobernantes deberían
tener claro que el propósito de la actividad económica es llevar a los países a
que sus personas tengan una mejor vida. Esto no significa que el mundo debería
ser socialista. Significa que las intervenciones del gobierno deberían apuntar
a hacer que las personas vivieran mejor. No es necesario que las personas tengan
mayor cantidad de bienes, sino mejor calidad de vida.
Por eso deberían invertir más en arte, cultura, arquitectura, deportes,
parques y espacios públicos, y en otras actividades de recreación y
esparcimiento. Keynes nos diría que el amor por el dinero, no como medio sino
como fin, podría ser uno de los peores problemas de nuestras sociedades. Él probablemente pensaría, que este amor por el dinero como fin es la causa de los
altos niveles de corrupción en nuestras sociedades y de las incansables,
inescrupulosas y muchas veces violentas luchas por el poder.
Otro tema que posiblemente desvelaría a Keynes, es el de la justicia.
Nos diría que los gobiernos deberían actuar en forma imparcial para garantizar
la ecuanimidad. Las normas no deberían favorecer a ningún grupo económico o
político. Deberían velar por lo que él denominó la noción del precio justo
formado en el mercado. Para esto es fundamental que los gobiernos ejerzan a
plenitud su responsabilidad de mantener la libre competencia, evitando las
concentraciones de poder en los mercados de bienes y servicios e incluso en el mercado laboral. Él insistiría en que
la libre competencia garantizaría que los beneficios fuesen proporcionales al mérito y a la contribución
que las personas hacen a la sociedad.
A qué se debe nuestro escaso desarrollo histórico?
Me imagino que diría, que precisamente nuestro escaso desarrollo se debe a que en nuestros países los
intereses de muchos políticos y agentes económicos han prevalecido, haciendo
que las políticas no generen las condiciones para que los beneficios sean
proporcionales a los méritos. Diría que la corrupción y la captura del poder político por
vías del poder económico han afectado los precios justos y por ende el
desarrollo.
Qué implicaciones tienen todos estos temas sobre el emprendimiento y la
innovación?
Keynes probablemente apuntaría: El emprendimiento y la innovación dependen de la
demanda, de la libertad en el desarrollo de la oferta y de la competencia. La
equidad en las reglas genera las condiciones y los incentivos para emprender.
La creación y el crecimiento de las empresas impulsa el desarrollo económico; y
éste como medio y no como resultado, nos acerca cada día más al bienestar que
todos queremos.
Sería interesante imaginarnos que opinaría Keynes de los clusters, sobre todo aquellos que aparecen por decision del gobierno y a los cuales ha decidido apoyar.
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