martes, 10 de septiembre de 2019

REGULAR EL PODER DOMINANTE DE LAS EMPRESAS DE TECNOLOGÍA PUEDE AFECTAR LA INNOVACIÓN?


Por: Fernando Cárdenas E.

Los modelos de negocios de muchas de las grandes empresas de tecnología tienen un componente que la legislación actual anti-monopolio no sabe manejar. Los efectos de red, es decir, los efectos que en el caso de las plataformas tecnológicas, hacen que la utilidad de los usuarios aumente con el aumento en otros usuarios o en complementos al servicio o producto. Estos efectos de red refuerzan la ventaja competitiva y en algunos casos pueden hacer que las plataformas alcancen niveles de participación de mercado muy elevados. Esto ha hecho que los grandes titanes de la tecnología hayan crecido mucho en comparación con el resto de las empresas en la economía y que su influencia llegue a ser desmedida a nivel del día a día de los usuarios.
¿Vale la pena regular el poder que han alcanzado estas empresas? ¿Seria justo? ¿Qué impacto podría tener esta intervención sobre la innovación?     

Un artículo del MIT Sloan Management Review analiza diferentes formas de prevenir monopolios sin afectar la innovación.

Google hoy en día tiene cerca del 80% de participación en el mercado de búsquedas,  alrededor del 65% en el mercado de browsers de navegación y casi 90% de los sistemas operativos móviles. Amazon supera el 30% de participación en el negocio de cloud hosting, mientras que cerca del 80% de los sistemas operativos de los computadores son de Microsoft.   

Con esta escala y poder de influencia, además de información, estas empresas se han convertido en cuasi-monopolios. ¿Deberían entonces ser de laguna manera reguladas?
Pero si son reguladas, esto podría afectar los incentivos de las empresas y los emprendimientos para innovar. El tema es mucho mas complejo que para el caso de las empresas tradicionales. El profesor de MIT John Van Reenen afirma que las entidades de regulación están mirando con cuidado este tema debido a que la dinámica de la economía ha cambiado radicalmente en los últimos años.

El surgimiento de las mega-empresas con modelos de plataforma como Google, Facebook y otros, ha hecho que debido a los efectos de red, estas empresas alcancen participaciones de mercado muy altas comparadas con empresas de sectores tradicionales. A su vez estas participaciones han permitido el acceso a grandes cantidades de información de los usuarios, que a su vez ayuda a que continúen dominando el mercado. El manejo de esta información es también fuente de preocupación por parte de las autoridades pues como en el caso de Facebook, ya hay antecedentes de uso indebido de ésta.
Sin embargo, regular estas mega empresas podría afectar la innovación.  El profesor emeritus de MIT, Richard Schmalensee, dice que los métodos tradicionales de regulación no funcionan para el caso de las firmas de tecnología y que pueden tener un efecto negativo sobre la innovación.  Los controles de precio no hacen sentido en estos casos y los intentos de partir las empresas tienen pocas probabilidades de generar los resultados esperados. Partir una compañía como Facebook en partes, puede dañar el modelo de negocios en el que el tamaño de la red es fundamental para cumplir la propuesta de valor a los usuarios, afectando a estos.

De todas maneras hay algún tipo de regulación antimonopolio que debe considerarse. Por ejemplo las decisiones relacionadas con fusiones y adquisiciones, según  Schmalensee, pueden servir para que las grandes compañías compren a las pequeñas que en el futuro podrían ser sus competidoras. Adquieren su tecnología y al mismo tiempo eliminan una amenaza competitiva en el futuro.
Una política antimonopolio en este sentido sería diferente de la actual para las empresas tradicionales. Normalmente estas políticas estudian el impacto de corto plazo sobre los precios y los consumidores. En este caso el análisis seria mas complejo, al investigar el potencial impacto futuro sobre los mismos. Un ejemplo de esto según Van Reenen seria la adquisición de Instagram por parte de Facebook. Este tipo de transacciones deberían llamar la atención de los reguladores. Para esto se necesitan complejos análisis de los efectos competitivos a futuro, en lugar de los análisis actuales sobre el efecto de corto plazo en los consumidores.

Si las fusiones y adquisiciones bloquean la competencia futura. Estas también pueden afectar negativamente la innovación. Por lo tanto una mejor regulación que evite estas transacciones tendría un efecto positivo sobre la innovación. Si por el contrario, pensamos en los incentivos que tienen los emprendedores para innovar y la expectativa de retorno de esas iniciativas. Si la regulación afecta excesivamente la posibilidad de que un emprendimiento sea comprado, esta podría afectar negativamente la innovación.

Como se puede deducir claramente, el tema no es simple. Una posible aproximación sería darle la carga de la prueba al empresario que adquiere al emprendimiento. Es decir, la empresa sería la que tendría que construir y defender el caso de que la adquisición beneficia al mercado, a los consumidores y a la innovación. Hoy son las autoridades las que tienen que comprobar lo contrario.   

Las autoridades en los Estados Unidos han sido más benevolentes con los gigantes tecnológicos, mientras que los reguladores en la Union Europea han sido más exigentes, llegando hasta multar a estas compañías por violación de las leyes anti monopolio o por afectar la privacidad de los usuarios.   
  
CONCLUSIONES

Los problemas anti monopolio de hoy son diferentes a los de las industrias tradicionales.

Las autoridades tienen un reto muy complicado para definir cuales son las normas y los niveles de intervención para proteger la competencia y los consumidores. Evaluar los efectos futuros de las fusiones y adquisiciones no es simple pero juega un papel determinante en el entorno de negocios. Sin embargo, es necesario ser muy cuidadosos en la intervención. Un exceso de regulación sobre las transacciones de este tipo puede afectar los incentivos de los emprendimientos para la innovación y podría ser injusta sobre la capacidad de las compañías para construir ventajas competitivas aprovechando los efectos de red. Poca intervención podría hacer que las grandes empresas tecnológicas eliminen su competencia futura y afecten a los usuarios.

La mayoría de las leyes antimonopolio se enfocan en evitar que las empresas alcanzan sus posiciones dominantes de forma inadecuada. Ahora será necesario que se tengan en cuenta no solo las practicas para alcanzar esta posición sino también garantizar que no utilizan esa posición en detrimento de los consumidores. Es por lo tanto fundamental que las autoridades desarrollen mejores herramientas para entender los efectos futuros de la competencia y su impacto sobre la innovación a diferencia de los análisis tradicionales sobre precio y sobre los rivales existentes. 



lunes, 12 de agosto de 2019

GOBIERNO CORPORATIVO Y PRODUCTIVIDAD DE LAS EMPRESAS EN LATINOAMÉRICA

Por: Fernando Cárdenas E.

Mucho se ha estudiado sobre la importancia de las buenas prácticas de gobierno corporativo y los resultados de las empresas. Algunas investigaciones se concentran en la estructura y dinámica de las juntas directivas, otros estudios prácticos como uno realizado por PWC muestran cuales son las mejores prácticas de gobierno que tienen impacto sobre los resultados empresariales. ¿Cuales son las evidencias sobre el impacto del gobierno corporativo en la productividad de las empresas latinoamericanas?  

Gompers, Ishii, and Metrick (GIM, 2003) estudian el impacto del gobierno corporativo en el desempeño de las empresas en Estados Unidos durante los 90s y encuentran que las acciones de las empresas con buenas prácticas en cuanto a derechos de los accionistas, son mas rentables. Dado este resultado, los proponentes del gobierno corporativo argumentan que hay evidencia entonces de que un buen gobierno corporativo tiene un efecto positivo sobre el desempeño de las empresas.   

Una corriente de la literatura considera las características de la junta directiva como determinantes importantes del gobierno corporativo: La independencia de la junta (Hermalin y Weisbach (1998, 2003)), la propiedad de acciones de los miembros de la junta (Bhagat, Carey y Elson (1999)), y si el CEO ocupa o no el puesto de Presidente de la junta directiva (Brickley, Coles y Jarrell (1997)). Algunos autores calculan un índice de gobierno corporativo que considera hasta 52 características como en el caso de Brown y Caylor. PWC propone las siguientes prácticas: 1. Participación de la junta en planeación y estrategia, 2. En gestión del riesgo, 3. En cultura y valores, 4. Medición y seguimiento a la gestión, 5. Decisiones de inversión, fusiones y adquisiciones, 6. Evaluación, compensación y planes de sucesión del equipo gerencial, 7. Información y comunicaciones; y 8. Estructura y Dinámica de la junta directiva.

Para el caso Latinoamericano hay un interesante estudio realizado por Sandra Gaitán, Hernán Herrera y Eduardo Pablo. Los dos primeros de la Universidad EAFIT y el último de Minnesota State University. Ellos investigan la relación entre el gobierno corporativo y la productividad de las empresas latinoamericanas listadas en bolsa. 

Después de tener en cuenta el país y su ambiente de negocios, el estudio analiza el efecto sobre la productividad de las empresas de: 1) el tamaño de la junta directiva, 2) su grado de independencia, 3) la dualidad de CEO y Presidente de la junta, 4) la diversidad de genero en la junta, y 5) el porcentaje de propiedad por parte de inversionistas institucionales. 
La investigación encuentra que hay una relación no lineal entre el tamaño de la junta directiva y la productividad de las empresas. Es decir, a medida que aumenta el numero de miembros de junta aumenta la productividad, pero este aumento se va reduciendo. Esto sugiere que hay un numero óptimo de miembros por encima del cual la productividad comienza a bajar. 

La relación entre la dualidad del CEO como presidente de la junta directiva y la productividad de las empresas no es estadísticamente significativa para el caso de Latinoamérica. 

Por otra parte, los efectos de tener miembros de junta independientes sobre la productividad son interesantes. En una primera instancia el estudio encuentra una relación negativa entre el porcentaje de miembros independientes y la productividad. Sin embargo, este efecto se vuelve positivo cuando hay altos niveles de propiedad de inversionistas institucionales. En forma general, la participación en la estructura accionaria de los inversionistas institucionales tiene un efecto positivo en la productividad empresarial. 

Una mayor proporción de mujeres en la junta directiva afecta la productividad de las empresas. Este resultado puede deberse a que el estudio no controla por la educación, experiencia o aversión al riesgo de las mujeres en relación con los hombres. 

Finalmente el estudio analiza la relación entre estas variables de gobierno corporativo y la productividad para países con diferentes niveles de facilidad para hacer negocios. En los países con políticas menos amigables para los negocios, la relación entre el gobierno corporativo y la productividad es más fuerte. 

CONCLUSIONES


Las prácticas de gobierno corporativo, la estructura y dinámica de las juntas directivas tienen un efecto importante sobre la productividad de las empresas en Latinoamérica.  Específicamente, el tamaño de la junta parece tener un nivel óptimo de miembros en relación con la productividad. La participación de inversionistas institucionales en la composición accionaria, una posible evidencia de monitoreo y seguimiento, muestra también un efecto positivo en la productividad. Esta presencia de inversionistas institucionales (monitoreo) hace que la participación de miembros externos en la junta sea positiva en relación con la productividad. Sin estos inversionistas los miembros externos afectan negativamente en lugar de positivamente el desempeño. El efecto de la dualidad del CEO como presidente de la junta parece no ser relevante aunque esa práctica no es tan común en nuestros países como en Estados unidos. El efecto de la participación  de las mujeres en las juntas sobre la productividad aun no es claro. Es necesario mayor investigación al respecto.  En todo caso la evidencia muestra que mientras menos amigable para los negocios es el entorno, más importante es el efecto del gobierno corporativo sobre el desempeño empresarial. Aun hay muchas cosas interesantes para profundizar y entender mejor cuales son las prácticas de gobierno corporativo y sus efectos en el desempeño, en especial a nivel de las pequeñas y medianas empresas. Por el momento tener juntas directivas con un numero adecuado de miembros e inversionistas calificados parecen ser un importante primer paso en nuestro anhelado camino hacia la productividad.   

miércoles, 10 de julio de 2019

Las 18 prácticas de gestión y el desempeño en las PYMEs


Por: Fernando Cárdenas E.

En el artículo del mes pasado hacíamos énfasis en la diferencia tan grande que existe entre el aumento de productividad de los países latino americanos y el de los países en desarrollo asiáticos. Las diferencias en productividad existen inclusive entre empresas del mismo sector dentro de un mismo país. Muchos estudios han tratado de explicar estas diferencias con la utilización de la tecnología y la inversión en investigación y desarrollo. Sin embargo, la tecnología explica solamente una parte de las diferencias en productividad, la otra parte es explicada por diferencias en la calidad de las prácticas gerenciales. ¿Cuales son las prácticas de gestión que explican estas diferencias en productividad?

En una interesante investigación, los profesores Nick Bloom de Stanford y John Van Reenen del London School of Economics, analizan 732 PYMEs de manufactura en diferentes países con el fin de determinar cuales son las practicas gerenciales que influyen en el desempeño de los negocios. A continuación resumo las conclusiones sobre estas practicas y comento nuestras experiencias sobre su aplicación en Colombia.

Cuando los autores analizaron las razones por las cuales las prácticas gerenciales cambian entre firmas y entre países, llegaron a la conclusión de que hay dos factores que parecen jugar un papel fundamental en su aplicación. 1. Los altos niveles de competencia están asociados a la aplicación de mejores practicas de gestión  y 2. Las empresas familiares que seleccionan  al primogénito como gerente de la empresa tienden a ser mal gestionadas.  Es importante aclarar que el problema de gestión no obedece a que las empresas sean familiares. De hecho los datos muestran que la combinación de empresas familiares con gerencia profesional parece tener un efecto ligeramente positivo sobre la utilización de buenas prácticas de gestión. 

En la investigación los autores definen 18 prácticas de gestión agrupadas en cuatro categorías: 1. Operaciones (3 prácticas), 2. Monitoreo (5 prácticas), 3. Objetivos (5 prácticas) y 4. Incentivos (5 prácticas).

1.     OPERACIONES

Las buenas prácticas de gestión en el área de operaciones se enfocan en el uso de técnicas de “lean manufacturing” o producción esbelta o ajustada, sistema originado en Japón que pretende minimizar los desperdicios sin sacrificar la productividad, haciendo obvio lo que agrega valor al cliente y reduciendo lo que no. El mejoramiento continuo de los procesos y las razones para la introducción de estas mejoras, también hacen parte de estas técnicas.

En nuestra experiencia en Colombia la mayoría de las PYMEs no conoce ni aplica técnicas modernas de manufactura. La planeación de la demanda, el manejo del inventario, la planeación de la producción y el mejoramiento de los procesos no están presentes en gran parte de las empresas. Muchos consultores confunden la importancia de conocer y mejorar los procesos con su extensa y monótona documentación. En nuestra opinión, el tema central en la gestión de las operaciones en las PYMEs no es documentar los procesos sino entenderlos muy bien y generar una cultura alrededor de su mejoramiento continuo.  

2.     MONITOREO

Las prácticas de monitoreo se enfocan en hacer seguimiento a la gestión de los empleados, analizar el desempeño de la empresa, definir mecanismos para revisar este desempeño, generar un dialogo constructivo alrededor de la revisión del desempeño, y asegurarse que existan consecuencias positivas y negativas sobre el cumplimiento esperado.

Estas labores en el caso de las PYMEs colombianas deberían empezar por la definición de estructuras de gobierno corporativo como la junta directiva y los comités de gestión. En nuestra experiencia son muy pocas las PYMEs en nuestro país que cuentan con juntas directivas bien estructuradas y con buenas prácticas. Pocas ponen en práctica mecanismos de coordinación como los comités gerenciales y los grupos primarios, y en caso de que estos existan, raras veces se cuenta con sistemas de información gerencial que permitan monitorear adecuadamente el desempeño general de las empresas, mucho menos el desempeño de las unidades de negocio y de los individuos. 

3.     OBJETIVOS

La sección de objetivos revisa si los objetivos son balanceados o exclusivamente financieros, que tan realistas son estos objetivos, que tan transparentes y simples son y la interconexión lógica y consistencia entre ellos a través de la organización.

En el caso colombiano, las PYMEs en general no cuentan con presupuestos mensuales que incluyan objetivos detallados de ventas y costos por línea, gastos de administración y ventas y mucho menos con presupuestos mensuales de los diferentes componentes del balance como los inventarios o el nivel de cuentas por pagar. Pocas empresas tienen cuadros de mando balanceados con indicadores combinados entre financieros y no financieros.  

4.     INCENTIVOS

El grupo de incentivos incluye los criterios de promoción de los empleados, la remuneración y las bonificaciones, cómo se actúa en relación con los empleados de pobre desempeño, el reconocimiento de la habilidad y del esfuerzo.   

En general en las PYMEs en Colombia no hay criterios de desempeño para aumentar los salarios de los empleados, ni para las promociones. Muy pocas empresas tienen bonificaciones ligadas al desempeño de la compañías y de sus empleados. En la mayoría de los casos no se ve una relación clara entre las habilidades y el esfuerzo de los individuos y la remuneración y promoción.   

CONCLUSIONES
La investigación de Bloom Van Reenen encuentra que las 18 prácticas de gestión agrupadas en las cuatro categorías de operaciones, monitoreo, objetivos e incentivos están fuertemente asociadas al desempeño de las PYMEs en términos de productividad, rentabilidad, crecimiento de las ventas y tasa de supervivencia. Los autores también encuentran gran variación en las prácticas de gestión entre los diferentes países. Pero más interesante aún es que dentro de un mismo país hay gran variación en la gestión con un gran número de empresas muy mal manejadas.  ¿Por qué existen estas empresas mal manejadas?  Por una combinación de poca competencia en el mercado de productos y por la práctica común de las empresas familiares de pasar el control a los primogénitos.
Si queremos que Colombia tenga aumentos significativos en productividad y que mejore el desempeño de sus empresas, es necesario que la política publica apunte con mayor énfasis y efectividad a la creación de ambientes competitivos y restrinja los poderes dominantes. Necesitamos además, capacitar a las empresas familiares para que utilicen estructuras y prácticas adecuadas de gobierno corporativo y de sucesión. Es necesario también apoyar y capacitar a los empresarios y a sus equipos en la adopción de las buenas prácticas de gestión descritas en el estudio mencionado en este articulo y desarrollar programas que ayuden a transferir capital gerencial para poder algún día mejorar la productividad y el desempeño de nuestras empresas y contribuir en forma importante al desarrollo económico del país.  

lunes, 10 de junio de 2019

LA PRODUCTIVIDAD Y LA MITAD PERDIDA

Por: Fernando Cárdenas E.

En las ultimas décadas Latinoamérica ha experimentado con modelos de desarrollo económico sin obtener resultados importantes. A pesar de las múltiples fuentes de recursos naturales de nuestros países, las economías de la región han tenido pobres desempeños económicos en términos de crecimiento cuando se comparan con países similares de otras partes del mundo. 

En un reciente artículo, el área de investigaciones de la firma de consultoría Mckinsey, presenta un análisis de lo que ha pasado en las ultimas 4 décadas y propone algunas soluciones para mejorar el desarrollo y la prosperidad en la región. A continuación resumo sus principales conclusiones y recomendaciones, junto con comentarios basados en nuestra experiencia en Colombia.

El crecimiento económico promedio de Latino América entre los años 2000 y 2016 ha sido del 2.8% muy por debajo del promedio de 4.8% de las otras 56 economías emergentes (sin incluir a China). Según Mckinsey casi tres cuartas partes del crecimiento de Latino américa proviene de incremento en la fuerza de trabajo y tan solo una cuarta parte se debe al 0.8% anual de incremento en la productividad. Esto es preocupante si se tiene en cuenta que el incremento de productividad en los otros países emergentes es 4 veces mayor. Cómo es posible que los países latino americanos con empresas que se vanaglorian de tener áreas avanzadas de innovación y que han venido adoptando las mejores practicas de gestión muestren un incremento de productividad 4 veces menor al de sus pares en otras partes del mundo? Que va a pasar con el crecimiento económico de nuestros países cuando sus fuerzas laborales deje de crecer?

Una parte importante de la explicación de la falta de productividad está en la estructura empresarial. La productividad y la generación de empleo calificado dependen en gran medida de la existencia de mercados y compañías competitivos. Sin embargo, en Latino América, la mayoría de los mercados se caracterizan por una marcada polarización entre muy pocas empresas grandes y con poder dominante y una gran cantidad de empresas pequeñas poco productivas. La mitad perdida, es decir, el segmento de empresas intermedias casi inexistente, explica en gran medida la falta de productividad. Según el estudio de Mckinsey, en América Latina hay pocas firmas, comparando con las otras economías emergentes, que hayan logrado escalar hasta alcanzar ventas superiores a los 50 millones de dólares. Esta mitad perdida es la causa de la falta de dinamismo en la economía. 

Existe una segunda mitad perdida en los países Latino Americanos. Se trata de una clase media de consumidores cuyos ingresos crecientes provenientes de trabajos productivos dinamizan la demanda y la inversión. Esta mitad perdida depende del crecimiento de las empresas medianas productivas y de la productividad. En gran medida los ingresos laborales en nuestros países se han visto afectados por el crecimiento de la oferta laboral y por la baja productividad, lo que ha afectado el desarrollo de la clase media. En Latino América el 90% de menor ingreso en la población, apenas alcanza menos de dos terceras partes del consumo total. Es decir que el 10% de mayores ingresos es quien genera más de una tercera parte del consumo. Estos datos son los peores de todos los mercados emergentes. Es entonces de suponer que el crecimiento de las medianas empresas productivas puede generar puestos de trabajo mejor remunerados, apoyar el desarrollo y crecimiento de la clase media y a la vez aumentar el consumo y la inversión de la economía.   

Para resolver los problemas de estas dos mitades perdidas, es necesario que los gobiernos de la región se comprometan con el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas y con la competencia en los mercados. Según el estudio de Mckinsey, hay tres pilares de política publica que deben ponerse en práctica para mejorar la productividad:

1.     Promover el establecimiento de un ambiente de negocios competitivo que reduzca los costos de entrada, mejore el acceso a financiación y facilite el crecimiento de las medianas empresas. En nuestra experiencia, para que esto ocurra es necesario fortalecer las políticas antimonopólicas, reducir la injerencia de los grandes grupos económicos en la definición de políticas publicas, promover activamente el desarrollo de la industria de capital privado y capital de riesgo y propiciar la creación de competencias en términos de gestión de empresas medianas.  

2.    Mejorar los salarios con base en los aumentos de productividad para fortalecer la clase media y mejorar el consumo y la inversión. En este punto en mi opinión hay que ser muy cuidadosos. La idea no es incrementar los salarios poco productivos de aquellos con mayor poder de negociación, ni subsidiar la ineficiencia laboral. Se trata de crear incentivos que permitan aumentar los salarios de los empleados con base en la productividad efectiva de las empresas.

3.    Promoción de la transformación digital de las empresas y del gobierno. Aquí en nuestra opinión no se trata de realizar inversiones en tecnología per se. Ni de embarcar a las compañías y al gobierno en modas digitales que no conducen clara y concretamente a aumentos en la productividad. Se trata de promover transformaciones digitales a nivel del gobierno y de las empresas con el fin de mejorar la prestación de servicios públicos y empresariales con mediciones objetivas de productividad y calidad. 

CONCLUSIONES 
A pesar de que en América Latina las empresas y los gobiernos han adoptado todas las modas tecnológicas y gerenciales de las ultimas cuatro décadas, la productividad de las economías ha crecido muy poco en comparación con los demás países emergentes. Las condiciones de competitividad, las políticas publicas y las características empresariales de nuestros países, no han ayudado al desarrollo de medianas empresas que crezcan. La falta de productividad no ha permitido mejorar sustancialmente los salarios para fortalecer el desarrollo de una clase media que consuma e invierta. Para salir de esta situación es necesario fortalecer las políticas anti monopolio, mejorar las condiciones de competencia y entrada de nuevas empresas, reducir el poder dominante de las grandes empresas y su influencia en la regulación y política publica, promover el desarrollo de la industria de inversión de riesgo, apostar a la transformación tecnológica y a los salarios con incentivos de productividad. 

¿Será que nuestros gobiernos están alineados con estas soluciones?