lunes, 10 de junio de 2019

LA PRODUCTIVIDAD Y LA MITAD PERDIDA

Por: Fernando Cárdenas E.

En las ultimas décadas Latinoamérica ha experimentado con modelos de desarrollo económico sin obtener resultados importantes. A pesar de las múltiples fuentes de recursos naturales de nuestros países, las economías de la región han tenido pobres desempeños económicos en términos de crecimiento cuando se comparan con países similares de otras partes del mundo. 

En un reciente artículo, el área de investigaciones de la firma de consultoría Mckinsey, presenta un análisis de lo que ha pasado en las ultimas 4 décadas y propone algunas soluciones para mejorar el desarrollo y la prosperidad en la región. A continuación resumo sus principales conclusiones y recomendaciones, junto con comentarios basados en nuestra experiencia en Colombia.

El crecimiento económico promedio de Latino América entre los años 2000 y 2016 ha sido del 2.8% muy por debajo del promedio de 4.8% de las otras 56 economías emergentes (sin incluir a China). Según Mckinsey casi tres cuartas partes del crecimiento de Latino américa proviene de incremento en la fuerza de trabajo y tan solo una cuarta parte se debe al 0.8% anual de incremento en la productividad. Esto es preocupante si se tiene en cuenta que el incremento de productividad en los otros países emergentes es 4 veces mayor. Cómo es posible que los países latino americanos con empresas que se vanaglorian de tener áreas avanzadas de innovación y que han venido adoptando las mejores practicas de gestión muestren un incremento de productividad 4 veces menor al de sus pares en otras partes del mundo? Que va a pasar con el crecimiento económico de nuestros países cuando sus fuerzas laborales deje de crecer?

Una parte importante de la explicación de la falta de productividad está en la estructura empresarial. La productividad y la generación de empleo calificado dependen en gran medida de la existencia de mercados y compañías competitivos. Sin embargo, en Latino América, la mayoría de los mercados se caracterizan por una marcada polarización entre muy pocas empresas grandes y con poder dominante y una gran cantidad de empresas pequeñas poco productivas. La mitad perdida, es decir, el segmento de empresas intermedias casi inexistente, explica en gran medida la falta de productividad. Según el estudio de Mckinsey, en América Latina hay pocas firmas, comparando con las otras economías emergentes, que hayan logrado escalar hasta alcanzar ventas superiores a los 50 millones de dólares. Esta mitad perdida es la causa de la falta de dinamismo en la economía. 

Existe una segunda mitad perdida en los países Latino Americanos. Se trata de una clase media de consumidores cuyos ingresos crecientes provenientes de trabajos productivos dinamizan la demanda y la inversión. Esta mitad perdida depende del crecimiento de las empresas medianas productivas y de la productividad. En gran medida los ingresos laborales en nuestros países se han visto afectados por el crecimiento de la oferta laboral y por la baja productividad, lo que ha afectado el desarrollo de la clase media. En Latino América el 90% de menor ingreso en la población, apenas alcanza menos de dos terceras partes del consumo total. Es decir que el 10% de mayores ingresos es quien genera más de una tercera parte del consumo. Estos datos son los peores de todos los mercados emergentes. Es entonces de suponer que el crecimiento de las medianas empresas productivas puede generar puestos de trabajo mejor remunerados, apoyar el desarrollo y crecimiento de la clase media y a la vez aumentar el consumo y la inversión de la economía.   

Para resolver los problemas de estas dos mitades perdidas, es necesario que los gobiernos de la región se comprometan con el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas y con la competencia en los mercados. Según el estudio de Mckinsey, hay tres pilares de política publica que deben ponerse en práctica para mejorar la productividad:

1.     Promover el establecimiento de un ambiente de negocios competitivo que reduzca los costos de entrada, mejore el acceso a financiación y facilite el crecimiento de las medianas empresas. En nuestra experiencia, para que esto ocurra es necesario fortalecer las políticas antimonopólicas, reducir la injerencia de los grandes grupos económicos en la definición de políticas publicas, promover activamente el desarrollo de la industria de capital privado y capital de riesgo y propiciar la creación de competencias en términos de gestión de empresas medianas.  

2.    Mejorar los salarios con base en los aumentos de productividad para fortalecer la clase media y mejorar el consumo y la inversión. En este punto en mi opinión hay que ser muy cuidadosos. La idea no es incrementar los salarios poco productivos de aquellos con mayor poder de negociación, ni subsidiar la ineficiencia laboral. Se trata de crear incentivos que permitan aumentar los salarios de los empleados con base en la productividad efectiva de las empresas.

3.    Promoción de la transformación digital de las empresas y del gobierno. Aquí en nuestra opinión no se trata de realizar inversiones en tecnología per se. Ni de embarcar a las compañías y al gobierno en modas digitales que no conducen clara y concretamente a aumentos en la productividad. Se trata de promover transformaciones digitales a nivel del gobierno y de las empresas con el fin de mejorar la prestación de servicios públicos y empresariales con mediciones objetivas de productividad y calidad. 

CONCLUSIONES 
A pesar de que en América Latina las empresas y los gobiernos han adoptado todas las modas tecnológicas y gerenciales de las ultimas cuatro décadas, la productividad de las economías ha crecido muy poco en comparación con los demás países emergentes. Las condiciones de competitividad, las políticas publicas y las características empresariales de nuestros países, no han ayudado al desarrollo de medianas empresas que crezcan. La falta de productividad no ha permitido mejorar sustancialmente los salarios para fortalecer el desarrollo de una clase media que consuma e invierta. Para salir de esta situación es necesario fortalecer las políticas anti monopolio, mejorar las condiciones de competencia y entrada de nuevas empresas, reducir el poder dominante de las grandes empresas y su influencia en la regulación y política publica, promover el desarrollo de la industria de inversión de riesgo, apostar a la transformación tecnológica y a los salarios con incentivos de productividad. 

¿Será que nuestros gobiernos están alineados con estas soluciones?