lunes, 10 de septiembre de 2018

EL CAPITAL DE TRABAJO Y LA RENTABILIDAD DE LAS PYMEs

Por: Fernando Cárdenas E.

Las PYMEs hacen parte fundamental de la estructura empresarial, de la generación de empleo, del potencial de innovación y del desarrollo económico de los países emergentes. Muchos estudios se preocupan por entender como mejorar el acceso a financiación de largo plazo para estas empresas con el fin de facilitar su crecimiento. Sin embargo, pocos analizan los efectos de las decisiones gerenciales de corto plazo relacionadas con el capital de trabajo y su financiación, sobre la rentabilidad de estas empresas. 

Como la gestión del capital de trabajo es uno de los principales problemas que afecta la subsistencia y la creación de valor de las empresas con las que trabajamos en Lift, me puse en la tarea de investigar que estudios académicos serios había sobre su efecto en la rentabilidad de las PYMEs. Encontré tres investigaciones interesantes: Una, realizada por Tauringana y Adjapong de la Universidad de Bournemouth, que estudia el efecto del capital de trabajo en la rentabilidad de las PYMEs en el Reino Unido. Otra de García-Teruel y Martínez-Solano de la Universidad de Murcia que hace lo propio para el caso de España incluyendo empresas de diferentes sectores, y una tercera de Padachi de La Universidad Tecnológica de Mauritania que analiza el efecto del capital de trabajo en la creación de valor para empresas en este país.   
  
A continuación resumo las principales conclusiones de estos estudios combinando estas con opiniones sobre la realidad de nuestros países latinoamericanos con base en nuestra experiencia.   
                    
1.   INTRODUCCIÓN

Es claro que las PYMEs tienen recursos financieros y humanos muy limitados en comparación con las grandes empresas y esto hace más retadora la gestión de su capital de trabajo. Todas las empresas necesitan mantener un balance adecuado entre liquidez y rentabilidad. La liquidez es una condición necesaria para subsistir y cumplir con las obligaciones de corto plazo, mientras que la rentabilidad es la fuente de valor en el largo plazo para los accionistas. En el caso de las PYMEs, como los recursos son limitados, mantener un adecuado balance entre estas dos hace que la gestión sea complicada. Si dedican sus esfuerzos a mejorar la rentabilidad y descuidan su liquidez, pueden quedarse insolventes. Mientras que si se enfocan en mantener la liquidez pueden llegar a ser poco atractivas para los accionistas e inversionistas por su escaza rentabilidad y creación de valor. Los gerentes y dueños de las PYMEs enfrentan todos los días un dilema entre sobrevivir y maximizar el valor de la empresa. 

2.   EL CAPITAL DE TRABAJO OPERATIVO 

El capital de trabajo operativo es una métrica financiera que refleja la liquidez operativa de una empresa. Se calcula como el valor de los activos corrientes operacionales menos los pasivos corrientes operacionales. Los activos corrientes operacionales incluyen la caja necesaria para operar el negocio, las cuentas por cobrar a clientes, los inventarios, los impuestos a favor y los anticipos entregados a proveedores. Los pasivos corrientes operacionales están conformados por la cuentas por pagar a los proveedores, los impuestos por pagar y los anticipos recibidos de clientes. Si bajo circunstancias operacionales normales los activos corrientes operacionales son menores que los pasivos corrientes operacionales, la empresa tienen requerimientos de capital de trabajo negativos y por lo tanto genera caja de corto plazo en lugar de demandarla. Si ocurre lo contrario, la empresa presenta requerimientos positivos de capital de trabajo y por lo tanto necesitará financiación de corto plazo para poder crecer. 


3.    LA GESTIÓN DEL CAPITAL DE TRABAJO OPERATIVO 

Si bien el desempeño de las pequeñas empresas tradicionalmente se ha atribuido a factores gerenciales generales como la fabricación, comercialización y el manejo de operaciones, la gestión del capital de trabajo puede tener un impacto significativo en su supervivencia y crecimiento.

La administración del capital de trabajo es importante para la salud financiera de las empresas de todos los tamaños. Los montos invertidos en capital de trabajo a menudo son elevados en proporción a los activos totales o a los niveles de venta. Hay evidencia de que las pequeñas empresas no son muy buenas en la administración de este capital de trabajo. Como muchas de ellas empresas sufren de subcapitalización, es fundamental que gestionen y mantengan un control estricto sobre las cuentas del capital de trabajo.

Una empresa puede ser muy rentable, pero si esto no se traduce en flujo de caja operacional dentro del mismo ciclo operativo, será necesario que tome préstamos para poder respaldar sus continuas necesidades de capital de trabajo. Por lo tanto, los objetivos de rentabilidad y liquidez deben sincronizarse sin que uno afecte el otro por mucho tiempo. Las inversiones en activos corrientes son inevitables para garantizar la entrega de bienes o servicios a los clientes finales y una gestión adecuada de los mismos ayuda a balancear los objetivos de rentabilidad y liquidez. Si los recursos están atrapados en las diferentes etapas de la cadena de suministro, esto prolongará el ciclo de efectivo. Aunque esto podría aumentar la rentabilidad (debido al aumento de las ventas), también puede afectar negativamente la rentabilidad si los costos vinculados al capital de trabajo exceden los beneficios de tener más inventario y/o otorgar más crédito comercial a los clientes. Lo mismo sucede con las cuentas por pagar. Si la empresa no logra negociar plazos adecuados con sus proveedores, no obtendrá lo que llamamos financiación operativa y será necesario sustituir ésta por crédito.  

En la práctica las PYMEs no pueden hacer mucho para reducir los impuestos a favor o para aumentar los plazos de pago a sus proveedores. Sin embargo, en la medida en que seleccionen bien sus clientes, tengan elementos diferenciadores y ventajas competitivas sostenibles, podrán mejorar las condiciones negociadas para su cartera. También, cuando tienen mayor poder de negociación con los proveedores, podrán acordar mejores plazos y condiciones de pago. Una adecuada planeación financiera, buenos métodos para el pronostico y la planeación de la producción pueden permitirles reducir los niveles de caja operacional y mejorar sus inventarios. 

4.    PRINCIPALES HALLAZGOS DE LOS ESTUDIOS

El estudio del Reino Unido encuentra que el inventario constituye el 8.75% de los activos corrientes. Estos activos corrientes son el 55% de los activos totales, mientras que los activos fijos son el 35%. La rotación de los activos corrientes es 7.22 (ventas sobre activo corriente). El apalancamiento promedio (deuda total sobre activos) es de 2.23 veces. La rentabilidad medida como el ROA (utilidad antes de impuestos e intereses sobre los activos) es en promedio -1.43%, mientras que la mediana es .12%. Lo anterior muestra que inclusive en países desarrollados como el Reino Unido, la mitad de las PYMEs reportan perdidas operacionales. Estas empresas tienen en promedio 87.4 días de inventario.  Las cuentas por cobrar en promedio son de 81.2 días y las cuentas por pagar de 27.2 días del costo. La diferencia que se presenta entre los días de cuentas por cobrar y de cuentas por pagar muestra que las PYMEs son muy propensas a tener problemas de liquidez.  El ciclo de caja promedio es de 108.9 días lo que quiere decir que transcurren más de tres meses entre que pagan sus proveedores y reciben el pago de sus clientes. Estos datos son similares a la experiencia que tenemos con este tipo de empresas en Colombia. En este momento en Lift estamos adelantando un estudio similar a los de las tres investigaciones citadas, para que en un próximo blog podamos comparar estos resultados.

En cuanto a los efectos de las cuentas por cobrar sobre la rentabilidad de las empresas, el estudio encuentra una relación negativa. Es decir: A medida que aumentan los días de cartera el retorno de las empresas se reduce. Las cuentas por pagar también están asociadas negativamente a la rentabilidad de las PYMEs, a medida que estas aumentan el retorno sobre los activos se reduce.  Los inventarios y el ciclo de caja no presentan asociación estadísticamente significativa con la rentabilidad en este estudio. 

La investigación muestra que el porcentaje de activos corrientes sobre activos totales y de activos fijos sobre activos totales están negativamente asociados con la rentabilidad. Las PYMEs menos apalancadas financieramente son mas rentables y las de mayor tamaño también tienden a ser mas rentables. 

En términos de la importancia relativa de las variables para explicar la rentabilidad, el estudio sugiere que el manejo de las cuentas por pagar es el que mayor efecto tiene en la rentabilidad, seguido de el manejo de las cuentas por cobrar. Las PYMEs que pagan y reciben más rápido las cuentas tienden a ser las mas rentables. 

El estudio para España muestra resultados similares. Adicionalmente concluye que los sectores con mejor rentabilidad son el de servicios y el de minería con ROA del 10% y los menos rentables son agricultura, comercio y transporte con ROA del 7%.

Las empresas dedicadas al comercio minorista, con un período promedio de 38 días, toman menos tiempo para cobrar a sus clientes. Las empresas del sector de la construcción otorgan a sus clientes el período más largo para pagar: más de 145 días. Las empresas del sector minero muestran cuentas por cobrar de 116 días. El mayor nivel de inventario está en la agricultura, mientras que el menor en el sector de transporte y servicios públicos. Los minoristas con cuentas por pagar de 56 días, seguidos por los mayoristas con 77, son los más rápidos en pagar. Las empresas son mucho más lentas en los sectores de la construcción y de minería, tomando más de 140 días en promedio para pagar a sus proveedores. Las empresas agrícolas y manufactureras tardan más tiempo en generar efectivo (95 y 96 días, de ciclo de caja respectivamente) y, por lo tanto, necesitan mayor financiación. 

La investigación de Mauritania encuentra similares resultados en cuanto a la rentabilidad de las empresas medida por ROA. Esta aumenta con el tamaño de las empresas, con la eficiencia bruta del capital de trabajo y con una menor agresividad de la gestión de activos. Esto ultimo es contrario a la teoría tradicional de administración de activos, donde se espera que una política conservadora sacrifique la rentabilidad a expensas de la liquidez. Esto podría explicarse por el hecho de que las pequeñas empresas tienden a tener una base de activos fijos más baja y por lo tanto dependen principalmente de la rotación de los activos corrientes para generar más ganancias.

Se encuentra una relación altamente significativa entre el ROA y el número de días de cuentas por cobrar, lo que implica que un aumento en el número de días de cuentas por cobrar de 1 día se asocia con una disminución en la rentabilidad de 0.04% puntos en la rentabilidad. El coeficiente para días de cuentas por pagar es negativo y confirma la correlación negativa entre la rentabilidad y el número de días de cuentas por pagar.

5.   CONCLUSIONES

Los tres estudios citados muestran la importancia que tiene la gestión del capital de trabajo en la rentabilidad de las PYMEs. A pesar de que la gestión de todos los componentes del capital de trabajo y del ciclo de efectivo, es importante, los datos sugieren que las cuentas por cobrar y las cuentas por pagar son las que tienen mayor impacto sobre la rentabilidad. Las empresas con menores cuentas por cobrar y menores cuentas por pagar son más rentables. Estos resultados sugieren que si bien los inventarios aumentan los requerimientos de financiación del capital de trabajo, también parecen tener un efecto positivo sobre el crecimiento de las ventas y los retornos. Los datos también sugieren que las empresas no logran trasladar a los precios los efectos de las mayores cuentas por cobrar, afectando la rentabilidad. Sin embargo, si trasladan en gran medida los costos financieros de las cuentas por pagar más cortas. 

Esto es interesante pues finalmente en nuestros países, cuando las grandes empresas que se ufanan de apoyar el emprendimiento, la innovación y el desarrollo social (con áreas de emprendimiento, de innovación y de responsabilidad social empresarial), deciden pagar a 120 días a sus proveedores PYMEs, afectan la rentabilidad y principalmente la liquidez de sus proveedores. Como las PYMEs no pueden trasladar completamente el efecto de estas largas cuentas por cobrar a sus proveedores, tienen que incurrir en mayores costos de financiación que sí trasladan en gran medida al precio para tratar de mantener la rentabilidad. Los datos sugieren que la estrategia de pagar a las PYMEs a largo plazo por parte de las grandes empresas puede impactar negativamente su ecosistema, afectando la liquidez y la sostenibilidad de las PYMEs, con menores efectos reales sobre su propia rentabilidad y sobre la rentabilidad de sus proveedores. Pues estos proveedores parecen incorporar gran parte de los efectos financieros en los precios. Esto nos hace pensar que pagarle a las PYMEs a 120 días no es únicamente una práctica poco solidaria, sino que parecería ser una práctica poco inteligente en términos de rentabilidad de las empresas y en términos de desarrollo económico. Quedo con el compromiso de realizar estos mismos análisis para las PYMEs colombianas y ver si nuestros propios datos sugieren las mismas conclusiones que los estudios aquí analizados.    




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